Yo envío sobre ti la cabecera de todos mis ríos
La caída de todos mis saltos
Los crepúsculos orientales y occidentales de mis ojos
Y el torrente sanguíneo que abre labios tiernos.
Y cada renacimiento y caída del plexo sobre algo
Yo te amo y reamo y remamao
Ese tiempo recóndito de tus cejas.
Hablar de más pa otros locos
Yo te silabeo las palabras
Para ahorrar tiempo
Y besarte mejor.
El mal tiempo sana con el destiempo
Y hay que echarle mucha sal y pimienta para que sepa a algo.
Cuando llegue el momento en que la obscuridad lo posea todo
Con sus cuatro patas negras
Y nos pise y nos acaricie y nos pise el piso
Entonces sí, iré a paso llanero a tus orillas
Abriéndome el sabor a la vida en cada esquina
Y cuando te alcance nuevamente, dirás
¿Por qué has llegado tarde?
Hace quince noches que te espero
Hoy sigo pensando que esas quince noches
Son la eternidad