¡Qué pasa, Haití!

Se estima que la comunidad haitiana en Venezuela puede llegar a 10mil personas.

¡Qué pasa, Haití!


Nosotros tenemos que luchar contra el imperio norteamericano y también contra el haitiano que cree que es norteamericano”. Fritz Saint Luis

Un sonido siempre remite a una imagen. En Venezuela se ha vuelto una costumbre, cuando escuchamos las campanitas de un “carrito” de helados, que venga a nuestra imaginación un hatiano. También muchas mujeres haitianas viven en el país vendiendo mango verde en las esquinas de las ciudades. Ellos, los haitinos en venezuela, no se relacionan mucho con los venezolanos y estos tampoco lo hacen fácil. El idioma es una primer limitante y, segundo, la mayoría está indocumentado y prefieren no exponerse hablando demás. Pero, nos hemos puesto ha pensar ¿por qué cada día vemos más haitianos en nuestras calles? Sólo sabemos que Haití es el país más pobre de América y tal vez del mundo. Pero esto tiene su historia…

Fritz Saint Louis llegó a Venezuela en 1985 como refugiado político, un año antes de que la dictadura de Jean-Claude Duvalier se viniera a pique. Es un activista político dedicado a luchar por los derechos de los haitianos en Venezuela y en su país natal. Es miembro fundador del Comité de Solidaridad con Haití y Secretario General de la Casa Cultural Haitiana Bolivariana de Venezuela.

¿Fritz, actualmente, qué pasa en Haití, por qué está tan empobrecido?

En 1915 nos invade los Estados Unidos, y de ahí en adelante este país hace lo que quiere en Haití: cambia los gobiernos, maneja el país, las arcas del estado. Tenemos a la ONU en toda la administración pública.

Haití fue el primer país donde ensayaron el Tratado de Libre Comercio (ALCA) cuando, en el 87, después de la caída de Duvalier, el nuevo gobierno acaba con toda la industria que había en el país para que entraran las transnacionales. La gente no se da cuenta que todavía estamos pagando que los gringos hayan entrado a dominar la alimentación en nuestro país. Acabaron con toda la industria del azúcar, la harina, el cemento, el aceite, la leche, todo lo aplastaron, porque el gobierno de Nanphy lo eliminó y lo entregó todo a las transnacionales, y ahora todo viene importado de los Estados Unidos. Ahora el imperio tiene el control del hambre de nosotros.

Jean Cocteau lo dijo, Haití es la única isla en el mundo donde sus habitantes no viven de la pesca, porque el gobierno de Namphy cobró un dinero a una  compañía transnacional norteamericana para que botaran desechos tóxicos en el mar. Cuba, desde el primer gobierno de Préval, nos está ayudando a hacer el saneamiento en el mar.

¿En qué época comenzó la gente a emigrar de Haití?

Desde 1971 la gente comenzó a irse la gente de Haití, porque Duvalier se murió en ese año y llegó el hijo, y para consolidar el poder éste comenzó a comerciar con las transnacionales. De ahí en adelante la economía, la producción nacional fue para abajo.

Nosotros tenemos que luchar contra el imperio norteamericano y también contra el haitiano que cree que es norteamericano. Más de 1 millón de haitianos viven en los Estados Unidos, contra ellos hay que librar una batalla ideológica. En total, tenemos más de 2 millones de haitianos regados por el mundo, cuando Haití tiene como 10 millones de habitantes.

¿De qué modo han llegado tantos haitianos en los últimos años a Venezuela?

La gente cree que cuando llegue a Venezuela va a conseguir más, que va a vivir mejor, porque todo el mundo está buscando vivir mejor. Actualmente todos los que están llegando son jóvenes, porque el modus operandi es que vienen a estudiar, pero terminan vendiendo helados. Y por qué, pues porque es muy fácil, no necesitas manejar el idioma. Tú llegas y un señor te fía un carrito de helados para que salgas a vender a la calle, porque sabe que el haitiano llega y no lo va a robar porque necesita la plata, y gana por porcentaje de venta.

Hemos denunciado las mafias que están trayendo a los haitianos, que están intimamente conectadas con las empresas de helados EFE y la Tío Rico. Nosotros hicimos varias denuncias de la forma en que están llegando los haitianos aquí, porque ellos se quitan la foto en el pasaporte y le ponen otra foto y lo traen para acá. Hemos hablado con el Ministro de Interior y Justicia Tarek El Aissami y con el actual director de la DIEX, Dante Ribas, para proponer un control en el aeropuerto de Valencia y el de Maiquetia, y esos controles están puestos, pero las mafias utilizan otros caminos, van primero a Chile o Argentina, y después vienen para acá.

¿Cómo está la situación legal de los haitianos en Venezuela?

La mayoría no tiene sus documentos. Sin embargo, muchos han pagado dinero para hacer su documento; han dado hasta 5 mil Bfs. para conseguir su visa, pero eso fue con la anterior gestión de la DIEX. Con todos los esfuerzos que está haciendo el presidente Chávez, lamentablemente esto persiste y las personas tienen que pagar para conseguir su documento. Actualmente nos hemos reunido con Dante Vivas, director del SIAM, de la Diex, para hablar toda esta situación.

También nos hemos reunido con la policía metropolitana y hemos llegado a acuerdos, porque se han dado casos que los haitianos, después de la jornada laboral, los agarraban en las salidas de metro y les quitaban la plata que habían ganado en el día. Entonces, actualmente hay una red, para que cualquier haitiano que tenga un problema, nosotros podamos ubicarlo inmediatamente.

¿Algunos de los que llegan son exiliados políticos?

No, estas personas son exiliados económicos, por la situación que se vive en Haití. Aunque yo diría al final, que el problema no es económico, sino que es un problema de conciencia, de decencia, de moral, porque en ese país se pierde todo, el civismo y todo, y un país así se convierte en una jungla. Yo una vez llegué a decir que si vaciaban el Banco del Tesoro norteamericano en Haití, mañana no va a haber ningún centavo y nada se va a resolver, porque el problema no es el dinero, porque Haití es uno de los países que recibe más ayuda en el mundo, ¿y dónde está? Porque el dinero llega en un avión y se va en otro. Y el dinero está en Zuiza, está afuera, y los organismos internacionales lo saben, y deberían preguntarle a los que están gobernando, qué hacen con el dinero, dónde están los reales. Con tanto problema que hay en ese país, nadie cree en nadie.

¿Qué se está haciendo en Haití para evitar el éxodo?

De corto plazo no podemos resolver el problema, pero de largo sí. Hay una esperanza, y hay que ir desde la base, con los campesinos, con los cultores, con los artesanos, con los vudistas igual que con los evángelicos; hay que ir con todos y sentarse a discutir.

Hay un trabajo que estamos llevando a cabo poco a poco, porque esto va a contribuir a frenar el éxodo de personas que están saliendo del país, porque no podemos frenar sin la solución. Ahorita estamos frenando en Maiquetía, en Valencia, pero no estamos frenando las causas, por eso, si nosotros creamos condiciones para empezar a arreglar los problemas fundamentales, ahí sí vamos a comenzar a pararlos, porque hay que reconstruir el país, y para hacerlo, hay que reconstruir la agricultura del país, ¿y eso quién lo hace? Ese grupo de muchachos que están saliendo, ellos son los que pueden trabajar la tierra.

¿Qué está haciendo Venezuela por Haití?

Lástima, cuando hablamos de las instituciones, sabemos que estas no creen en el poder popular. En Haití, todo lo que Venezuela está haciendo es fracaso, porque todo va a la oligarquía haitiana y el gobierno, y eso no va al pueblo. Todas las comisiones venezolanas que van a allá, van a Puerto Príncipe, y ahí lo que hay son puros ladrones, desde el primer mandatario nacional, hasta la última persona que tú ves en la calle. En Haití el cambio hay que hacerlo desde el campo, ahí la gente sí está clarita, y tiene tiempo para pensar mejor lo que está sucediendo, y esa es la gente que hay que buscar y ayudar.

La política de Venezuela con Haití comenzó hace como 3 años, pero, yo quisiera preguntar cuál es el logro, cuál es el fed back que hay entre el Estado venezolano y el pueblo haitiano. El gobierno de Haití es un gobierno burgués y todos esos recursos van a la oligarquía haitiana, y desde aquí se está es ayudando a esa oligarquía cuando se envían recursos.

Venezuela mandó hace unos años un poco de tractores a Haití, y tú preguntas dónde están ahora y nadie sabe, porque todos se vendieron a Santo Domingo. ¿Qué pasó con el asfalto, con el petróleo que Venezuela mandó a Haití? Lo está vendiendo la misma empresa que siempre ha vendido el petróleo y al mismo precio de siempre y todas las calles de Puerto Príncipe están llenas de huecos. ¿Dónde está el asfálto? Está tapando huecos en las calles de República Dominicana.

«Me vine para seguir hacia Estados Unidos»

Patrick Durandisse está encargado del depósito de carritos de helados EFE ubicado en la avenida Las Ciencias, de los Chaguaramos.

Patrick llegó hace 4 años a Venezuela, y es un oriundo católico de familia nacido en Leogame, pequeño puerto de Haití. Luego de haber culminado su bachillerato en un liceo público, en el que, sin embargo, se paga, pero menos que en un privado, decidió tomar, como turista, un avión a Venezuela por falta de trabajo en su país. “Uno vive mejor aquí, en Haití casi no hay empleo y la gente trabaja en la calle, porque conseguir trabajo con empresas o el Gobierno es muy difícil”.

Este joven haitiano aterrizó a los 26 años en la patria de Bolívar. “Me vine para seguir hacia Estados Unidos, porque escuché decir en Haití que era más fácil desde Venezuela ir a Miami”, explicó Patrick, tal vez, sin advertir, que esa época de fábula miamera que vivió Venezuela hace 10 o 20 años ya pasó, y que, la realidad es otra ahora, como bien se ha dado cuenta este joven, quien continúa laborando en este país, y soñando con ir a USA.

Durandisse asegura contar con familia y amigos en Miami y New York, y dice conocer a quienes se han ido desde este país, pasando por la isla virgen norteamericana San Tomás, porque, según, y que de ahí sí se hace más fácil ir a USA.

Probablemente cuando Durandisse se dio cuenta que el viaje “a la tierra de las oportunidades”, o que el “american dream” no estaba tan fácil del todo, decidió enrumbarse en el viaje de los estudios, así que decidió estudiar la carrera de informática en la Universidad Bolivariana de Venezuela, la cual no pudo culminar porque al año le solicitaron papeles, “se acabó mi visa y tuve que dejar la universidad, aunque ellos prometieron ayudarme con los papeles, no se pudo hacer nada”.

¡Tilín tilín!

Durandisse ha estado trabajando para la compañía de helados EFE y explica que las ganancias que recibe un vendedor de helados es porcentual con respecto a la venta del día; en este sentido, sólo el 25% de lo vendido es lo que llevan para la casa. Él controla el “centro de operaciones” donde guardan los carritos en los Chaguaramos, en el cual, asegura, sólo tienen 20.

Pero en este negocio no todos los días suenan las campanitas de los carritos para llamar a los niños y enamorados, o a los que desean refrescarse ante la inclemencia del astro mayor. Este martes 6 de octubre los carritos estaban estacionados fuera de la bodega, y los haitianos conversaban con mucho entusiasmo, a pesar de un día perdido de trabajo.   “Hoy no hay hielo para los carritos y no trabajaremos. Dicen y que mañana nos llega; a veces duramos una semana sin trabajar”, explicó el encargado del lugar, Patrick.

A pesar de que Patrick asegura que aquí les va mejor de lo que les iría en Haití, aunque no del todo como quisieran, cuenta que trabajar con la EFE implica no tener ningún seguro social, o, hablando en términos mayores, de vida, este haitiano dice que “si te enfermas con tus reales no te alcanza…”, y en señal de ahogo se lleva la mano al cuello.

También los policías matraquean a los haitianos, aprovechándose de su condición de vulnerabilidad legal. Patrick cuenta que “una vez, hace un año, le quitaron a dos muchachos sus carritos en el Estadio Universitario de la UCV. La policía se los llevó presos, se comieron todos los helados y no les devolvieron los carritos. Después, ellos tuvieron que pagar los helados que los policías se comieron y más nunca vieron los carritos”. Al parecer, las razones que dan los policías a los heladeros haitianos, son que laboran en lugares no permitidos, como plazas y en algunas avenidas donde existe buhonería, como en el Cementerio, cuando abundaba. Cabe preguntarse ¿dónde deberían de vender helados entonces?

Volver volver…

“Tengo un hijo allá y mi mamá, ¡claro que quiero volver a Haití!”, dijo Patrick con entusiasmo a la pregunta si volvería a su país. Aseguró no sentirse del todo bien aquí porque su familia, su gente, está allá, en la isla.

Por ahora, vive con su pareja, haitiana, en Carapita, alquilado en una habitación dentro de una casa que un haitiano posee, y donde habitan puros haitianos.

No todos los que vienen a Venezuela quieren ir a Estados Unidos, comenta Patrick, muchos están yendo y viniendo constantemente a Haití.

La patria siempre llama, pero, cuando la patria no está bien, algunos optan por partir, como es la realidad del pueblo haitiano.

Un poco de historia

Haití: cuna anticolonial

Haití fue la primera República independiente de América Latina y, además, la primera en abolir el sistema esclavista ejercido sobre negros en la historia de la humanidad en 1804. Habiendo conquistado, luego de sangrientas guerras, su independencia, Haití cobijaría, apoyaría y sería el motor moral para los patriotas suramericanos que buscaron romper la dependencia del coloniaje español.

Fritz Saint Louis comenta: “nosotros nunca hablamos de la conexión que hubo entre Haití y Venezuela que comienza en 1806 cuando llegó Miranda al puerto de Jacmel. Entonces, el presidente de esa época, el emperador Jean Jacques Dessalines, donó toda la ayuda a Miranda, porque él llegó sólo con un barco, el Leander y, cuando salió, lo hizo con tres y una bandera”. Además, Fritz agrega que la bandera que hoy en día es izada en todo el mundo con mucha honra, nació de un ritual vudú, cuando Miranda partía hacia Venezuela. “Dessalines vio en el Leander la bandera española y preguntó a Miranda: “¿qué pasó, tú no estás peleando contra los españoles, y por qué tú tienes la bandera española en tu barco?”. Y Miranda se dio cuenta de lo que estaba haciendo. Cerca de ellos había una bailarina con una falda multicolor, y ahí agarraron esa falda y cosieron una bandera azul y roja, como la bandera haitiana, pero cuando fueron a izar esa bandera en el Leander, Dessalines llamó a un general y le dijo que los países no se construyen así, y dijo: “hay que ensalmar la bandera”. Entonces se dio un ritual vudú. Pero de allí lo que es importante, es que esa bandera, que hoy triunfa y da vueltas por Latinoamérica, nació en un baile de vudú y eso a la historia no lo cuenta así”.

Bolívar y Petión

El historiador haitiano Paul Verna relata en su libro “Bolívar y los emigrados patriotas en el Caribe” que “el 2 de enero de 1816, Bolívar visitó a Petión en su palacio de Puerto Príncipe, y tuvo desde aquel momento la certidumbre de que ya había triunfado en su propósito: conseguir la ayuda material y moral del Presidente para organizar una expedición que le permitiera invadir a Venezuela y liberarla de sus cadenas realistas. Bolívar no se equivocaba en sus esperanzas, pues tres meses después de su entrevista, salía en una expedición de ocho goletas, casi trescientos hombres y además con seis mil fusiles, una imprenta, dinero, pólvora, municiones y otros equipos militares, todo regalado por Petión”. Esta es la famosa expedición que partió del puerto haitiano llamado Los Cayos.

El Libertador, al despedirse de Petión en Puerto Príncipe, le hizo saber a este magnánimo haitiano que en todos los decretos que redactara al llegar a Venezuela, lo nombraría a él como “autor de nuestra libertad”, pero Petión le dio a Bolívar una lección de humildad y conciencia replicándole de esta forma: ““No pronunciéis nunca mi nombre. Mi único deseo es el de ver libres a los pueblos que todavía padecen la esclavitud: haced libres a mis hermanos y quedaré pagado”.

Bolívar arriba a Venezuela el 3 de mayo de 1816 tocando suelo en Margarita; días más tarde pasa a Carúpano donde declara la abolición de la esclavitud, cumpliendo con la solicitud de Petión. Sin embargo, al arribar a Ocumare de la Costa fue derrotada la expedición, y Bolívar debió volver a Haití. A pesar de esto, esta incursión fue crucial para el triunfo más tarde de la República.

El Libertador, como se sabe, volvió a Haití, al puerto de  Jacmel el 4 de setiembre de 1816, y de nuevo Alejandro Petión le auxilió con 400 hombres y los transportes necesarios, para la realización de su segunda expedición. El 18 de diciembre de 1816 Bolívar zarpó del Puerto de Jacmel por última vez de Haití, rumbo a Margarita para intentar nuevamente la consolidación de la República.

Venezuela devuelve el favor

La diputada en la Asamblea Nacional, Morelis Pérez, quien funge como Presidenta de la Comisión Familia, Mujer y Juventud, y, al mismo tiempo, forma parte del Grupo Parlamentario de Amistad con Haití creado hace año y medio, opina que “hay una deuda de parte de todos los países, y en especial de Venezuela, porque tenemos que retribuir al pueblo de Haití lo que fue el gesto de amistad y solidaridad de Alejandro Petión con Bolívar y con nuestro pueblo”.

Por esta razón el Grupo Parlamentario de Amistad con Haití busca promover a nivel legislativo la relación entre estos dos países, y crear conciencia en el nuestro de la situación dramática que vive Haití.

La diputada Pérez aseguró que “en gesto de solidaridad, el presidente Chávez donó la construcción de un mercado popular en la capital de Haití, Puerto Príncipe, y ha venido también contribuyendo en programas de salud, de agua potable, construcción de viviendas y también se está suministrando hidrocarburos”.

Pero hay que decir que la ayuda no termina ahí, porque en Venezuela ya se encuentran más de 50 haitianos cursando estudios en la Escuela Latinoamericana de Medicina y en la Universidad Bolivariana de Venezuela, becados por este gobierno.

“Acompañamos al pueblo de Haití en la necesidad de que supere la intervención que pesa contra ellos por las Naciones Unidas y su ejército azul que está allá, lamentablemente integrado también por Latinoamericanos. Creemos que la conciencia de América Latina, de los pueblos del Caribe, ha venido madurando, entre ellos el pueblo de Haití, que hoy lo vemos subyugado, intervenido, por el imperio, y no puede ser que hasta ahora no hayamos tenido una respuesta contundente para que Haití pueda construir sus propios canales democráticos, su propia autonomía y darse el gobierno autónomo y el resguardo de la república con la autonomía que como pueblo tienen que decidir”, explica la diputada Pérez.

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